27.1.08

Las Nueve Brujas (primera parte)

Oda del azar: Una carta llamó a mi portal mientras escuchaba canciones legales a mis oidos. El sobre traía un hijo y un hada virgen. El hijo me lo quedé y el hada se marchitó en el fuego de mis leñas. Al niño los humanos lo juzgan de demonio por jugar cada 900 años con las estrellas. El ex hada se extingue detrás de un vidrio empañado vestida con un vestido de látex, llorando cada vez que el hijo soñaba. Cada día me enamoro más. Cuando esa noche de estrellas ausentes y nubes crazy, entraron nueve mujeres y me arrebataron al niño mientras planeaba corregir constelaciones. Entraron por la puerta exterior, mientras observaba a mi amada, golpearon al demonio y se expulsaron por la ventana. La morada quedo destuida.
Me cargué la conciencia de odio por los humanos y sali a buscar a las nueve mujeres por toda la humanidad.
Buscando en las zonas mas desoladas y me tope con la primera dama. Una señorita de de 14 años, se ocupaba de causar estragos por todos los asentamientos árabes, robando mercaderias, hiriendo animales, y un variado combo de maldades. La tomé de un brazo cuando apaleaba un perro, y le arrebaté los ojos con las uñas. La obligué a que me diga donde está el el hijo. Pero entre los llantos no asomaba una confesion. La niña, casta pero bien callejera se murió del dolor en mis manos, dejando un signo aterrador en mi mente. Pero el odio que tenia dentro me sofocaba.
En mi cabeza se oían gritos puros de lo que fue mi hada, sumados a los borbotones de sangre que me ensuciaron las manos a destruir la niña. Pero mi búsqueda no iba a cesar.
Viajando di con la segunda mujer, una persona con jerarquia, autoridad que rebalsaba por todo un pais. Una tal Alexia reina de Macedonia. Entré a Macedonia decidido a matar, en contra de todos los obstaculos luche hasta indagar a Alexia. Y como era de suponer no confeso aquella alma destruye demonios. Torture lo mas que pude a la reina hasta que dejo en mi mente otro signo. Éste lo descifre, era un libro. Entonces la reina Alexia murió.
El llanto desolador de mi ex hada, penetraba los kilómetros y los años. Aullaba desde nuestro hogar, lo senía todos los días, todo el tiempo. El dolor de no tener al hijo, no poder terminar de criarlo hacia que rompa las barreras del espacio y el tiempo (como mis viajes).
Surcando años y paisajes asesiné dos mas de aquellas mujeres. Ninguana ofrecio un dato de como recuperar al hijo.

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