Último tabaco

Mi gran tesoro, mi último cigarro.
Como una flor con triple hilera de pétalos voy a cuidarte. Porque sos mi último cigarrillo, el más rico, el que nunca quiero que se termine, y el que no compartiría ni con mi mejor amigo. Como quien nunca se drogó con celos.
Sos mi último cancer y orgasmo sincrónico. Me haces tan bien corriendo el riesgo de matarme.
Mi muro de apoyo cuando mi vida tambalea. Pero ciegamente y con neuronas adictas, jurisdico correr el riesgo perpetuo. Ese que es tan dulce y tan doloroso. Ese mal necesario.

Egoista e incomprendido

Érase un día, cuando las estrellas estornudaban y se movian de un lado para el otro y se escondian, un hombrecito. Un pequeñito que por lo que la historia me contó, se dedicaba a arruinar la vida a sus adyacentes. Y al otro día, cuando las estrellas se quedaron quietas toda la noche, se fue y juro no volver a lastimar mas a nadie.

Perdón y gracias

Ya no alcanzaban ni los dedos ajenos para contar. Se agrandaban tus ojos y no agregaste una sola palabra. Hablas siete idiomas y no me asomaste un 'va a estar todo bien', ni siquiera en sordomudo. Ya no alcanzaban los dedos para tapar el agujero que llenó alguna vez tu sol. No es extraño que te haya extrañado, porque siendo mía y el solo imaginarte tan lejos me hizo extrañarte. Necesito tanto de tus abrazos que me enseñaste a admirarlos, necesito tanto de vos. Porque sos vos, quién ilumina mi agujero cuando estoy sadness. Tanto jugamos a ser escondidos, que me escondi mucho tiempo y te lastime. Hoy con los ojos semiabiertos, o semiciegos te digo que me perdones por lastimarte, y gracias por hacerme quien soy.
Pero, ¿quién soy yo? Un simple enamorado de su alteridad...
Perdon por insistir, pero se me acaban las formas de prostestar mi amor hacia vos. Pero gracias porque mañana me vasa iluminar de creatividad para mostarte de nuevo mi admiracion por vos.
Perdón por arruinarte. Y gracias por reconstruirnos.