10.12.07

El sueño despues del sueño

"Discúlpeme si la observo, es que su perfil me resulta llamativo, no por sus rasgos agudos y sus pestañas holgadas. Mas bien la observo porque sus labios me son comunes a mi memoria. Tal vez usted sea quien yo creo, pero el problema es que yo creo que usted es muchas personas".

Con esas palabras traté de engatusar a quien hoy es mi lágrima, Marita Bryngrind. La señorita de pelos semi enrulados rubios, de ojos de felino y boca en forma flor.
Nos encontrábamos en una fiesta de egresados de la Universidad de Lima (yo era invitado, ella anfitriona), y eran las 23 horas de un día (no recuerdo bien) de noviembre. La fiesta se daba en un pub con aromas literarios en la capital peruana, donde servían vinos coloridos, bebidas blancas y la mas corpulenta cerveza que llegue a probar.

-¿Acaso su nombre es Maria Eugenia Bryngrind? Porque he escuchado y leído mucho sobre usted.

La señorita titubeaba de los nervios, la estaba impacientando, no recuerdo si le molestaba que la tutee con su temprana edad, o acaso estaba hablando mucho como para obstaculizarle un comentario.

-Sí, soy Marita Bryngrind, estudiante y profesora de Literatura, ¿cómo esta pasando la noche?

-Fenomenal, las estrellas jamas brillaron tanto sobre mi vaso de licor.-Acoté con un intento literario.(Intento frustado me advirtió la cara de la dama).

La señorita Bryngrind convulsionó su cara, y me enamore hasta de sus gestos. Me presenté:

"Soy Juan Martin, estudiante de filosofía en la universidad Montevideo."

-Un gusto señor Martin, espero que siga disfrutando de la fiesta.-Dijo Marita.

Yo estaba bajo un suave efecto somnífero, producto de los vinos, y a su vez omnubilado por la voz de la dama. Aguarde media hora para establecer una conversacion de nuevo con ella.
Resulta que cuando me acerque ella comento que tenia 23 años (yo diez años mas), que no le duraban demasiado tiempo los hombres, no tenia planeado enamorarse (yo acaso jamas planee caer bajo la magia de su belleza). En fin intercambiamos ideas, viajes, planes.
Y Marita llego a la conclusión de que le agradaba charlar conmigo. Así acordamos en hacer un viaje a Colombia a conocer las tierras (para nosotros desconocidas) donde se crió Gabriel García Marquez. Nuestro artista preferido.
Llegando el sol nos invitamos a salir a caminar, y el tiempo que pasamos juntos era proporcional a las ganas tormentosas de arrancarle de la boca ese beso. Cuando el sol, que nacía del borde del planeta, atacaba los ojos de mi dama, se veía en ellos una fogata de colores. Era como ver al celeste haciendo el amor con el anaranjado, mientras que los demás colores eran personajes ausentes en la fogata.
Cruzamos una calle extraña, subimos una colina, se hallaba una casa alumbrada por el haz solar. La casa era de tres plantas recuerdo. Entramos sin alertar que se encuentre alguien allí. Subimos las escaleras y en la ultima habitación, Emma (subiendo la colina jugamos a cambiarnos los nombres, yo fui Amadeus) entró y se desnudó, culpando al calor, pero yo sabia que todo terminaría cuando yo duerma.
Esa mañana nos amamos, jugamos, caminamos y como dije, termino cuando me dormí. María Eugenia Bryngrind, la mujer que no le duraban demasiado tiempo los hombres, acabo con Amadeus luego de descuartizarlo con un tenedor de cocina.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno.. qe decirte??.. como todo, o casit todo lo qe escribis me gusto mucho. peroo.. medio qe el final es triste.. Es verdad qe muchas mujeres sonn asi.. peroo aca hay una qe no =). entonces mirandolo desde mi punto de vista.. podrian aver terminado bien.. o no haber terminado jamas.. i amarse por simepre no?..
eso estaria bueno.. AMARSE POR SIEMPRE.. 8-)


soff

Anónimo dijo...

Buenaaa!pero estas para mujeres asesinas.. premio novel matii!
me encanto.. es algo triste pero era lo q necesitaba para rematarla.. o sea para q sea realmente bueno.. y q llame la atencion del lector..


por ejemplo en mi caso con manolitaa q era manca y tuerta :P

adieu bye bye


eli
(probe q la negrita no funciona) :P