24.8.09

Egoista e incomprendido

Érase un día, cuando las estrellas estornudaban y se movian de un lado para el otro y se escondian, un hombrecito. Un pequeñito que por lo que la historia me contó, se dedicaba a arruinar la vida a sus adyacentes. Y al otro día, cuando las estrellas se quedaron quietas toda la noche, se fue y juro no volver a lastimar mas a nadie.